Era una tarde gris en la ciudad de buenos aires,
Recorriendo sus sueños se encontraba,
Jade sentada en el café San Juan,
Ese que queda en la avenida San Juan 450,
Hacia frio, con la mirada perdida en sus pensamientos,
La vida cotidiana la agobiaban,
Imaginaba un lugar que la alejara de aquella soledad.
Veía en sus sueños,
Un patio con aljibe, una brisa de mar, estrellas en el cielo,
Y esas manos de terciopelo acariciando sus deseos.
Sintió escalofríos,
Despertó de ellos y observó el lugar,
Nada nuevo,
Se retiró del allí, deseando pronto regresar,
Al día siguiente en medio de la rutina,
Solo deseaba llegara la hora de salida,
Para ir al café que tanto le gustaba, donde sus sueños la transportaban,
Ya en las calles, se fue olvidando de sus males,
Comenzó a soñar,
Y en el mismo sitio de siempre sentada con la mirada hacia la ventana,
Veía a la gente moverse con pasos apresurados por las primeras gotas de lluvia,
Jade sonrió, pues a ella le gusta la lluvia…
Y a través de los vidrios empañados,
Sus alas emprendieron vuelo,
Fue a ese mundo donde la rutina y el desamor no existían.
Jade tenía un sueño,
Tan solo ser feliz un día,
El sonido de la lluvia le traía la imagen que quería,
Aquel sitio que en medio de su melancolía creo un día.
Y así tomando su café,
Y en medio de sus sueños, se encontró que a sus imágenes le falto un detalle,
Pero aún no notaba cual era eso tan importante, que a su vida le faltaba,
El lugar de sus sueños,era simple pero hermoso.
Aquel aljibe en el patio,
Y las estrellas en el cielo no serian perfectos sin el amor de un joven elegante y apuesto.
Pero faltaba… algo,
No se que…
Un detalle que faltaba en su corazón,
Entonces pensó que lo mejor era esperar,
Ya un día la vida le enseñó que nada es fácil y sin razón,
Recordó que un día perdió a su amor,
Todo por valorar lo que no tenia sentido por sentir rencor,
Y estaba Jade sentada en aquel lugar dejándose llevar por sueños que desea alcanzar.
Mientras ella soñaba,
La puerta del café se abrió,
Era un joven con la mirada dura y frio el corazón,
El cabello oscuro, revuelto y mojado por la lluvia,
Se sentó en la mesa que quedaba justo frente a la de Jade, pero en ese momento no la vio,
No se dio cuenta de su presencia.
Pidió un café y medias lunas,
Se quito el abrigo y lo acomodó,
Observo la lluvia a través de la ventana,
Y luego observó el lugar,
Entonces la vio… sus ojos no podían creer lo que veían
Era ella la joven con la que tanto había conversado en un tiempo no muy lejano,
Como olvidar esos ojos que tanto admiró a través de sus fotos,
Como reaccionar?
No sabía…
Era Jade muy bella,
Y el no sabia que hacer en ese momento tan crucial,
Sus manos comenzaron a temblar,
Su corazón se agitó, y hasta podía escuchar sus latidos,
Cosas del destino? Pensó,
Por largo rato la observo,
Jade no lo notó,
Estaba sumergida en sus sueños.
Entonces olvido su café y junto a ella se sentó… la observo de cerca,
Y pensó... Es la joven de quien yo me enamoré,
A quien jamás una señal de mis sentimientos entregue.
Jade estaba en pleno vuelo… construyendo sueños,
Con preguntas sin respuestas,
Y con una vida a la que le faltaba color recordó que hubo alguien a quien un día amó,
Pero jamás se lo contó.
Recordó porque a internet ya no se conectó,
Recordó también las largas horas frente a la computadora esperando a su amor,
Las largas conversaciones,
Y es que en estos tiempos es la manera de viajar sin pagar el boleto al mundo más lejano a través del corazón.
Tanto tiempo… un año o más no lo se,
Pero Jade vivió el amor mas intenso… de él se enamoró.
Y cada fotografía que de su amor guardaba en su alma,lo atesoró en su corazón.
Sus ojos, su mirada, su sonrisa, sus manos… todo en el ella adoraba.
Un día… no se porque… Jade desistió y con el corazón herido ella se retiró,
Busco algo más para reemplazar esas horas de conversación por chat,
Fue así que en aquel café ella se refugió.
Tantos sueños que realizar,
Pero había en ella tanta soledad,
Tan solo la imagen de aquella fotografía pudo reemplazar,
Con aquel patio del espacio soñado que deseaba habitar,
Pero no recuerdo de porque lo quiso olvidar,
El joven la siguió observando… entonces suavemente le dijo - hola Jade, como estas?
Y así el silencio... pudo más,
Estaba Jade...
Estaba Jade...
Fría como el crudo invierno de la ciudad,
No se Jade –continuó- que fue lo que te alejó de mi, solo se que no te pude esperar más, o tal vez nunca te merecí,
Te mentí, lo admití… y aún así no halle la manera de componer tu hermoso corazón,
Jade te amé… te amo aún... y te pido perdón.
Se levanto despacio, no aparto la mirada de ella,
Y lentamente se marcho, al llegar en la puerta de salida… la observo una vez más y se fue.
Su recuerdo lo fue matando por dentro,
Por una mentira o… que se yo,
Jade siguió observando a través de la ventana,
Sintió el frio intenso de su soledad,
Caen lágrimas de sus ojos,
El frio recorre su piel,
En ese momento no hubo en su mente nada…
Solo esas palabras que pronuncio aquel joven a su lado,
No pudo hacer nada,
Solo esperar… pero de sus labios ella no pudo pronunciar cuanto lo amaba.
Entonces Jade quedo en silencio,
Fingió de sus sueños no despertar,
Siguió yéndose a ese café,
Imaginando aquel lugar,
Aquel patio con aljibe,
Sintiendo en su rostro la brisa,tal vez no del mar pero...
Con las estrellas de techo,
Manos suaves como el terciopelo,
Acariciando sus sueños,
Y allí quedo Jade… en aquel café,
En el frio gris de Buenos Aires,
En la avenida San Juan 450.
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